miércoles

El leñador y el pajarillo.


Realmente podríamos hablar de deforestación de lo jodido que está el mundo, de proteger los bosques...pero amigos...no nos engañemos...no todos los bosques han sido siempre tan buenos amigables y felices como nos quieren hacer creer.

Hubo una vez un bosque malvado, en el cual se juntaban todos los árboles de peor reputación. Lo mejor que te podía pasar es que si te adentrabas por algún camino hacia el interior de ese bosque cualquier alcornoque te pusiera una rama afilada en el gaznate y te pidiera la cartera y el reloj. Lo peor que te podía pasar es que hicieran con tu piel una cartera para luego robártela.

También hubo una vez un pajarillo...de esos a los que uno les coge empatía cuando los ve...un pájaro de esos a los que los viejos echan miguitas, pero que además caía bien y como no, con un trino tan fino que Mozart se moriría de envidia si lo oyese...de echo era amigo de un leñador...sí, cuando vives en el bosque y sólo ves un humano cada tres meses te planteas si son los únicos con los que debes relacionarte, un leñador majo al fin y al cabo.

Bueno, pues resulta que un día el pajarillo va y se posa en una rama del bosque malo. Se oyen crujidos malévolos un graznido que no augura nada bueno y un "chip chip" que suena a "oh, mierda, sabía que no tendría que haber venido por aquí".

El "chip chip" se cuela por azares hasta la cabaña del leñador, y el muchachote que tiene de bruto lo que tiene de bueno se va hacha en mano hacia el bosque malo. Un algarrobo le sale al paso y trata de plantarle cara rompiendo una botella contra una mesa cercana. El leñador se zafa de él y de un par de hachazos se acabó el algarrobo. A este le siguen un sauce, un par de pinos gemelos y una encina con cara ce chicanito chuleras. Lo típico, que si tratan de pegarle con los palos de billar, botellas rotas, navajas, hasta que un roble que va de jefecillo de la pandilla se saca una pipa y encañona a nuestro héroe.

El leñador ni corto ni perezoso lanza su hacha contra la pistola y no solo se libra del tiro sino que le arranca la rama de cuajo al roble...

Total, que 15 minutos después solo nos quedan un montón de tocones y el pajarito feliz y contento pía alrededor de nuestro protagonista ileso...ambos vuelven a casa y tienen leña de sobra para el invierno.

Moraleja: Niños, nunca os juntéis con árboles de mala reputación o cualquier día un psicópata os hará trocitos y os echará al fuego.

4 comentarios:

ANA dijo...

me ha encantao el cuento... ya sabes cómo adoro los relatos...

muaaaaa

Ocho dijo...

¡Viva y Bravo!

Pero he de decir que de vez en cuando no esta mal dar una vuelta por ahi con algun arbol cabron. Por aquello de tener a alguien en el lado de los sicopatas, que te eche una mano cuando los arbustos te han acorralado en el cajero automatico.

Un saludo Sir Franagan.

Don_Mingo dijo...

Jajajaja :D Me gustan los cuentos con final feliz

Anónimo dijo...

Desde luego si se hicieran mas cuentos con estas moralejas repletas de tan sabios e utiles consejos los sicopatas no nos harian trocitos tan facilmente... jijiji

besusss!!!










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